Basado en hechos reales: ¿Puedo llevar escote?

viernes, marzo 11, 2016

Acabo el último sorbo de vino y doy por zanjada la cena. Me vuelvo paseando a casa porque a veces Madrid apetece por las noches. Parece que por la noche todo es diferente, las luces que iluminan las calles e incluso con suerte, escuchas el silencio. Aunque esto último suele ser misión casi imposible...

Llego a casa y hago lo pertinente: me desmaquillo, moño alto y gafas. Y como todas las semanas, comienzo a escribir el "basado en hechos reales". Llevo la mitad del post escrito, va sobre "perder lo que nunca has tenido". No sé por qué, últimamente, me cuestiono bastante ese pensamiento. Eso de echar de menos algo que nunca ha sido tuyo o lo que es peor, perder algo que nunca ha sido tuyo. He rescrito tres veces el final y no me convence, así que borro todo. Llevo quince minutos mirando la pantalla esperando que se me ilumine la mente pero no hay suerte. Y de repente suena el móvil:

- No se lo tengas en cuenta, lo dice sin pensar. Pero sabes perfectamente que algo te aprecia.



Ya se me había olvidado, la tarde ha sido demasiado divertida para haber vuelto a recordar el tema. En el fondo, lo peor de todo, es que no me molesta sino que me da igual. La discusión es la siguiente:¿puedo llevar escote?

En pleno siglo XXI creo que no tendría ni que plantearme esa cuestión pero ayer alguien me hizo pensar sobre este tema, pensar en si está bien visto o mal visto que una mujer lleve escote.

- Me incomoda que lleves escote

- ¿Por qué?

- Porque la gente te mira y algunos incluso comentan

- ¿y qué problema hay?

- Porque te valoran menos

- ¿Me valoran menos?

- Sí, si no llevaras escote te mirarían con respeto y te querrían como mujer

Te valoran menos. En ese punto no supe si reírme o llorar. Hay gente, todavía, que piensa que llevar escote es una provocación, un "lo estoy buscando", un "soy una cualquiera" o un nunca podrás ser mi mujer. Y yo me pregunto ¿quién tiene el problema? ¿yo o los que miran? La respuesta es obvia: los que miran. Yo me pongo la ropa que me gusta y que creo que se ajusta al momento o la situación. Pero no me pongo la ropa para que otros me miren, me pongo la ropa con la que me siento cómoda, con la que yo misma me veo bien. Porque no sé si alguna vez os habéis parado a pensar en la importancia que tiene verse bien uno mismo, para que los demás te vean bien. Me gusta gustar, pero a mi misma. Ahí radica la seguridad, en gustarte a ti mismo.

El problema es que habrá mujeres con hombres al lado, que le dirán esto mismo: no lleves escote, llevar escote es de fulana, llevar escote es provocar. J-O-D-E-R, miedito me da. Supongo que son los mismos hombres que quieren que su mujer le tenga la comida puesta en el plato cuando llegan de trabajar y que sus mujeres quedarán estupendas en la playa con un burka y una plancha en la mano (esto en la playa no que quedaría raro). Los mismos que piensan que si te violan la culpa la tienes tú porque tu falda era demasiado corta y lo ibas pediendo a gritos.

QUE OS JODAN

Trabajo, me gusta el deporte, hago voluntariado, soy detallista y llevo escotes. Júzgame por las cuatro primeras cosas, pero no me juzgues por mi ropa. Que vuestras novias lleven cuello alto no va a hacer que las queráis más, recordad que la piel la eriza la mente y sois de quien os eriza la piel. Ya si eso, luego podéis seguir engañados. Nosotras no tenemos culpa de que no sepáis controlar vuestros instintos, nosotras no tenemos culpa de que sigáis viviendo en la edad e piedra. Igual que no se juzga a alguien por el color de su piel, no juzguéis a alguien por su ropa y menos por el largo de su falda o lo amplio de su escote. Abrid la mente, antes de abrir la boca. 

Tengo dos pechos, por suerte o por desgracia. Están ahí, yo no los he elegido, no son grandes ni pequeños, son normales, pero siguen ahí. Siguen ahí, igual que mis manos, mi pelo, mis labios o mis ojos. Van conmigo cuando camino, cuando como o cuando hago ejercicio. Yo no puedo elegir quitármelos pero tú si puedes elegir no mirarlos, o mirarlos sin pensar que porque están ahí, valgo menos que otra mujer que vaya tapada hasta las cejas, sin pensar que porque lleve un escote soy más provocadora, sin pensar que porque llevo un escote voy a regalarme a cualquier capullo que pase por mi lado. 

PORQUE QUERIDOS SEÑORES: EL PROBLEMA NO ESTÁ EN NUESTRAS TETAS, EL PROBLEMA ESTÁ EN VUESTRAS CABEZAS



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