Basado en hechos reales: Estoy embarazada
viernes, enero 13, 2017
Llego a casa, me bajo de los tacones y me desabrocho el sujetador. Esa es la única sensación que te hace sentir que verdaderamente estás en tu hogar. Me hago un moño en el pelo y me siento en la esquina de mi cama. Empiezo a pensar y eso no me gusta. Quería descansar, me encantaría ser de esas personas que saben desconectar, que saben llegar a casa y dejar la mente en blanco. "Piensas demasiado" es una frase que me han recordado a lo largo de mis años. Y que no tiene pinta de separarse de mi.
Empiezo a pensar en cómo soy de absurda que siempre estoy para quien no está por mi, que hay gente que nunca entenderé el papel tan importante que tienen en mi vida porque nunca han sido capaces de preguntarme qué tal mi día o simplemente decirme "estoy aquí si necesitas algo". Porque a veces a esas personas las he necesitado y nunca han estado, pero eso sí, yo me hubiera hecho una triatlón a la pata coja, por ir a buscarles si necesitaban mi ayuda. Me "hubiera hecho" porque ya no. Porque llevo días pensando y me he cansado de estar siempre para quien no está nunca. Porque hoy he empezado a quererme un poquito más a mi misma y eso iba a traer demasiadas consecuencias...
Tocan a la puerta de mi habitación y vuelvo a poner los pies en la tierra, es impresionante el modo que tengo de evadirme. Creo que ya llego tarde. Me pongo en pie rápido y me pongo un poco de colorete que tengo sobre el escritorio. Hoy toca la cena de Navidad.
Mesa puesta, velas encendidas y cada uno con su silla intentando poner su mejor cara. Se sirve el primer plato y por dentro todos estamos esperando a que se lance el primer cuchillo. Tenemos claro de qué sector vendrá, en esas cenas todos tenemos a esa persona que buscará la pregunta más incómoda para que se te atragante el langostino.
3, 2, 1...
- Tía Matilde: ¿Cómo le va a tu ex mujer con su nuevo novio? Seguro que estaba con él cuando estaba casado contigo...
Todos en la mesa nos miramos, sabemos que Carlos lo está pasando mal con este tema y todavía no lo ha superado. Mi abuela que ve venir el percal, se levanta a por el pavo.
Silencio sepulcral y mi tía con su mirada inquisidora esperando una respuesta. Mi tía o mejor dicho, la mujer de mi tío, nunca ha sido muy amada en esta casa. Es de esas señoras de la alta alcurnia con con olor a colonia revenida, con una permanente que lleva tanta laca que podría hacer otro agujero en la capa de ozono y de esas que cuando te dan dos besos te succionan las mejillas. Ella cree que tiene la familia perfecta, pero su marido no la soporta. Su retoño es imagen y semejanza de la perfección. Es aquel primo que siempre se chivaba cuando nos escondíamos en el cuarto de la plancha para beber chupitos de anís y que aquella cena fuera más llevadera. Ahora se ha casado con una que va de pija pero que los bolsos los lleva de Zara como todo hijo de vecino y que barco solo tiene el de su mejor amiga y que su pelo rubio no es tan rubio. Pero es una princesa como él quería y ahora esperan un bebe. Yo creo que se van a acostar una vez en su vida, el día que concibieron a su retoño, porque tienen una pinta de sosos...
Todos esperamos el siguiente dardo envenenado entre discusiones de cuñados que discuten por ver quien sabe más de todo cuando no tienen ni idea de nada, entre mi prima adolescente con el Whatsapp mandándole mensajes calientes a su novio cuarentón, mientras nuestra tía la pequeña, esa que llegó de sorpresa cuando mi abuela ya estaba cansada de criar hijos y que se pasa el día enseñándonos fotos de su hija vestida de princesa, de bailarina, de Dora la Exploradora, haciendo inciso de que la niña tiene 16 años y más pelos en las piernas y en el bigote que Dalí. Y entre todo ese aborigen el siguiente era para:
- Tía Matilde: Y Luis ¿para cuándo una novia formal y dejarte de picar de flor en flor y de utilizar el Kinder ese para buscar novias?
- Luis: No sé, tía Matilde. Estoy intentando buscar el amor de mi vida pero para eso tengo que ampliar las probabilidades. No me quiero quedar con la primera que llegue y me coma la oreja.
¡Bien toreado, Luis! Mi abuela empieza a repartir el pavo y nos obliga a ponernos una cantidad ingente a sabiendas de que todos mañana estaremos luchando por sobrevivir en nuestros sofás. Con sus "estáis muy delgados", "te pongo un poquito más" y " esto no engorda" lleva engañándonos todas nuestras vidas.
Y el siguiente va para: mi hermana. Puf con el día que lleva no sé si está preparada para el dardo de la cena de Navidad. Sabemos que es una vez al año y hacemos tripas corazón para sobrellevarlo pero cuesta.
- Tía Matilde: Lola, estás más gorda que la última vez ¿estás haciendo deporte? Podrías ir al gimnasio de mi nuera que está genial.
Le dice mientras sostiene una lechuga en su tenedor y mientras yo mastico un mastodonte. Mi hermana lleva días súper triste porque los pantalones de la 40 no le cierran. Ha visitado una nutricionista y lleva una semana a base de ensalada mientras yo como pizzas de peperoni que rebosan aceite y que sabes que al terminarla se te colapsarán las arterias.
- Lola: Bueno, hago lo que puedo. Cuando me rompí la pierna y estuve de baja, tuve que estar mucho tiempo de reposo sin moverme.
Lola cambia el gesto y se le escapa una lágrima. No lleva bien el tema del peso. No puedo ver a mi hermana llorar, así que me preparo para no darle el gusto a Tía Matilde. En el fondo, sé que lo hace sin darse cuenta.
Lola me susurra en voz baja: Cuándo vas a quedarte embarazada en dos, tres, uno...
- Tía Matilde: Bueno Martina ¿Y cuándo piensas quedarte embarazada? Tienes 31 años y no tienes novio a la vista. Te pasas el día de fiesta y trabajando pero deberías plantearte que se te pasa el tiempo, ya te estás secando por dentro y eso no puede ser, yo a tu primo lo tuve con 24 años. Y ni decir que a tu edad yo sabía cocinar y planchar.
Todos mis primos tienen las esperanzas puestas en mí, me miran. Soy su último dardo, siempre me deja para el final...
- Yo: Bueno tía Matilde, ya que has sacado el tema y que estamos toda la familia voy a aprovechar para comunicaos una noticia: ¡¡¡¡¡¡¡estoy embarazada!!!!!!
Todos en la mesa se miran, alguien escupe el vino y y a más de uno se le atraganta el langostino.
- Yo: Solo hay un problema. No sé, quién es el padre.
Mi tía, religiosa hasta las trancas, empieza a sudar como si viniera del Sáhara, se le ha cortado la comida. Cómo va a contarle a sus amigas de criquet que su sobrina es indigna y se ha quedado embarazada de a saber quién.
- Y yo prosigo: Tengo dudas entre unos cuantos. No sé si es mi profesor de Pilates que una tarde me quedé estirando con él y una cosa llevo a la otra, no sé si es con el fontanero que vino a arreglarme las tuberías, y ya sabes, me arregló otras. El sueño erótico de cualquiera. Tengo dudas también con mi compañero de trabajo con el que me quedé hasta tarde revisando informes y acabamos encima de la fotocopiadora, dudo también del amigo de mi hermana que vino un día a traerle los apuntes y le dije que repasáramos otras cosas. También me planteo que pueda ser mi fisioterapeuta, siempre había tenido esa fantasía de liarme con el tío que me estuviera dando un masaje, y el otro día lo hice como homenaje para acabar bien el año. Tengo otros pero mis dudas fuertes son con estos. Ahora mi familia y yo estamos haciendo un planning para ir descartando candidatos y solo pedirle pruebas de paternidad a los que tenga más probabilidades.
Mi familia lo está gozando, mi padre se está aguantando la risa y mis primos me miran con cara de que desde hoy, soy su heroína.
- Tía Matilde: Sois una familia de desalmados. Rezaré por vosotros. Raquel, José, Miguel, levantaos. Se me ha quitado el hambre.
Basado en hechos reales: ¿por qué lo llamas amor cuando yo quiero decir sexo?
Tocan a la puerta de mi habitación y vuelvo a poner los pies en la tierra, es impresionante el modo que tengo de evadirme. Creo que ya llego tarde. Me pongo en pie rápido y me pongo un poco de colorete que tengo sobre el escritorio. Hoy toca la cena de Navidad.
Mesa puesta, velas encendidas y cada uno con su silla intentando poner su mejor cara. Se sirve el primer plato y por dentro todos estamos esperando a que se lance el primer cuchillo. Tenemos claro de qué sector vendrá, en esas cenas todos tenemos a esa persona que buscará la pregunta más incómoda para que se te atragante el langostino.
3, 2, 1...
- Tía Matilde: ¿Cómo le va a tu ex mujer con su nuevo novio? Seguro que estaba con él cuando estaba casado contigo...
Todos en la mesa nos miramos, sabemos que Carlos lo está pasando mal con este tema y todavía no lo ha superado. Mi abuela que ve venir el percal, se levanta a por el pavo.
Silencio sepulcral y mi tía con su mirada inquisidora esperando una respuesta. Mi tía o mejor dicho, la mujer de mi tío, nunca ha sido muy amada en esta casa. Es de esas señoras de la alta alcurnia con con olor a colonia revenida, con una permanente que lleva tanta laca que podría hacer otro agujero en la capa de ozono y de esas que cuando te dan dos besos te succionan las mejillas. Ella cree que tiene la familia perfecta, pero su marido no la soporta. Su retoño es imagen y semejanza de la perfección. Es aquel primo que siempre se chivaba cuando nos escondíamos en el cuarto de la plancha para beber chupitos de anís y que aquella cena fuera más llevadera. Ahora se ha casado con una que va de pija pero que los bolsos los lleva de Zara como todo hijo de vecino y que barco solo tiene el de su mejor amiga y que su pelo rubio no es tan rubio. Pero es una princesa como él quería y ahora esperan un bebe. Yo creo que se van a acostar una vez en su vida, el día que concibieron a su retoño, porque tienen una pinta de sosos...
Todos esperamos el siguiente dardo envenenado entre discusiones de cuñados que discuten por ver quien sabe más de todo cuando no tienen ni idea de nada, entre mi prima adolescente con el Whatsapp mandándole mensajes calientes a su novio cuarentón, mientras nuestra tía la pequeña, esa que llegó de sorpresa cuando mi abuela ya estaba cansada de criar hijos y que se pasa el día enseñándonos fotos de su hija vestida de princesa, de bailarina, de Dora la Exploradora, haciendo inciso de que la niña tiene 16 años y más pelos en las piernas y en el bigote que Dalí. Y entre todo ese aborigen el siguiente era para:
- Tía Matilde: Y Luis ¿para cuándo una novia formal y dejarte de picar de flor en flor y de utilizar el Kinder ese para buscar novias?
- Luis: No sé, tía Matilde. Estoy intentando buscar el amor de mi vida pero para eso tengo que ampliar las probabilidades. No me quiero quedar con la primera que llegue y me coma la oreja.
¡Bien toreado, Luis! Mi abuela empieza a repartir el pavo y nos obliga a ponernos una cantidad ingente a sabiendas de que todos mañana estaremos luchando por sobrevivir en nuestros sofás. Con sus "estáis muy delgados", "te pongo un poquito más" y " esto no engorda" lleva engañándonos todas nuestras vidas.
Y el siguiente va para: mi hermana. Puf con el día que lleva no sé si está preparada para el dardo de la cena de Navidad. Sabemos que es una vez al año y hacemos tripas corazón para sobrellevarlo pero cuesta.
- Tía Matilde: Lola, estás más gorda que la última vez ¿estás haciendo deporte? Podrías ir al gimnasio de mi nuera que está genial.
Le dice mientras sostiene una lechuga en su tenedor y mientras yo mastico un mastodonte. Mi hermana lleva días súper triste porque los pantalones de la 40 no le cierran. Ha visitado una nutricionista y lleva una semana a base de ensalada mientras yo como pizzas de peperoni que rebosan aceite y que sabes que al terminarla se te colapsarán las arterias.
- Lola: Bueno, hago lo que puedo. Cuando me rompí la pierna y estuve de baja, tuve que estar mucho tiempo de reposo sin moverme.
Lola cambia el gesto y se le escapa una lágrima. No lleva bien el tema del peso. No puedo ver a mi hermana llorar, así que me preparo para no darle el gusto a Tía Matilde. En el fondo, sé que lo hace sin darse cuenta.
Lola me susurra en voz baja: Cuándo vas a quedarte embarazada en dos, tres, uno...
- Tía Matilde: Bueno Martina ¿Y cuándo piensas quedarte embarazada? Tienes 31 años y no tienes novio a la vista. Te pasas el día de fiesta y trabajando pero deberías plantearte que se te pasa el tiempo, ya te estás secando por dentro y eso no puede ser, yo a tu primo lo tuve con 24 años. Y ni decir que a tu edad yo sabía cocinar y planchar.
Todos mis primos tienen las esperanzas puestas en mí, me miran. Soy su último dardo, siempre me deja para el final...
- Yo: Bueno tía Matilde, ya que has sacado el tema y que estamos toda la familia voy a aprovechar para comunicaos una noticia: ¡¡¡¡¡¡¡estoy embarazada!!!!!!
Todos en la mesa se miran, alguien escupe el vino y y a más de uno se le atraganta el langostino.
- Yo: Solo hay un problema. No sé, quién es el padre.
Mi tía, religiosa hasta las trancas, empieza a sudar como si viniera del Sáhara, se le ha cortado la comida. Cómo va a contarle a sus amigas de criquet que su sobrina es indigna y se ha quedado embarazada de a saber quién.
- Y yo prosigo: Tengo dudas entre unos cuantos. No sé si es mi profesor de Pilates que una tarde me quedé estirando con él y una cosa llevo a la otra, no sé si es con el fontanero que vino a arreglarme las tuberías, y ya sabes, me arregló otras. El sueño erótico de cualquiera. Tengo dudas también con mi compañero de trabajo con el que me quedé hasta tarde revisando informes y acabamos encima de la fotocopiadora, dudo también del amigo de mi hermana que vino un día a traerle los apuntes y le dije que repasáramos otras cosas. También me planteo que pueda ser mi fisioterapeuta, siempre había tenido esa fantasía de liarme con el tío que me estuviera dando un masaje, y el otro día lo hice como homenaje para acabar bien el año. Tengo otros pero mis dudas fuertes son con estos. Ahora mi familia y yo estamos haciendo un planning para ir descartando candidatos y solo pedirle pruebas de paternidad a los que tenga más probabilidades.
Mi familia lo está gozando, mi padre se está aguantando la risa y mis primos me miran con cara de que desde hoy, soy su heroína.
- Tía Matilde: Sois una familia de desalmados. Rezaré por vosotros. Raquel, José, Miguel, levantaos. Se me ha quitado el hambre.
Y por primera vez, no fui yo, la que quería salir corriendo de la cena de Navidad...
PD: Muerte a las preguntas indiscretas en las cenas familiares
#EstoyEmbarazada
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2 comentarios
Me parto!! X dios escribe un libro i si ya lo tienes dimelo q te lo compro!! Qiero mas!!!
ResponderEliminarEs genial esta entrada, he podido percibir en mi mente las caras de las personas y todo jajajaja.
ResponderEliminarUn beso.