Basado en hechos reales: ¿Por qué nos cansamos de una relación?

viernes, junio 02, 2017

A menudo me abre su corazón y deja salir a borbotones lo que le inunda. Nunca le costó ser sincera consigo misma, así que mucho menos le iba a costar serlo conmigo. Le abro la puerta de casa con uno de esos short lenceros que tanto me gustan, nunca entendí eso de los leggins para estar en casa. Ella lleva una botella de vino en la mano y una sonrisa forzada en el rostro. Algo no va bien. Me besa en los ojos, siguiendo esa manía suya. Va directa a por la cocina a por dos copas de vino. La noche va a ser larga.

Ilustración de Sara Herranz

- Tatiana: Me he cansado

- Olga: ¿Cómo que te has cansado? El mes pasado estábamos pensando en boda.

- Tatiana: ¿Y qué le hago? Estoy cómoda pero he tenido el "flasheo"

- Olga: Cómoda no es el mejor adjetivo para definir una relación. Y si has tenido el flasheo, no hay más que decir. Déjale.

- Tatiana: ¿Por qué siempre me pasa lo mismo? ¿Por qué siempre me canso de las relaciones?

La respuesta es fácil: porque nunca nos llenan de verdad, pero nos autoengañamos para hacernos ver que estamos con la persona correcta. 

La historia es así: Conoces a alguien, quizás no es un buen momento o quizás es el mejor momento. Da igual, el caso es que por alguna razón te enganchas a un clavo ardiendo. Te enamoras hasta las trancas y no existe nadie que no sea él o ella. Todo gira a su alrededor y lo ves como el padre de tus hijos o la madre de tus hijos. Es básicamente el prototipo de persona "que va" contigo. Te pega. Te pega mucho, así que eso facilitará las cosas. Y te enamoras más. Y encima es guapo. O guapa. Y todo es maravilloso, quizás no es lo que buscabas pero si lo que se supone que necesitas. Y ahora todo gira alrededor de esa persona. Pero...

Tu pareja es como un Iphone. Sale el nuevo Iphone y lo quieres, todos los teléfonos que tienes a tu alrededor te parecen un asco si lo comparas con ese iphone. La pantalla más brillante, más aplicaciones, mejores cascos, aunque cambien dos tonterías ya nos parece el mejor Iphone del mundo. Se lo enseñamos a todo el mundo. Pero llega el día, llega el jodido septiembre y sacan el Iphone nuevo. Ocurre el "flasheo". De repente, te das cuenta que tu Iphone está bien pero hay más Iphone en el mercado y quizás no tienes ni dinero para comprarlo, pero ya te has fijado en él y pierdes el interés en el tuyo. Te has cansado de tu Iphone y quieres ver qué hay en el mercado.

Y las relaciones son como un niño pequeño con un globo. Encontramos un globo y comenzamos a inflarlo. Nos encanta ese globo. Es el mejor globo que hemos visto nunca. Cuesta mucho inflarlo, muchísimo. Pones mucho empeño en que vaya bien: que no se pinche, que coja la forma correcta... Paseas tu globo y lo miras obnubilado. Y un día empieza a desinflarse y no sabes muy bien por qué, pero ya no es el globo que te gustaba tanto y te cansas de pasearlo por ahí estando desinflado pero te da pena porque es tu globo. Hasta que eres capaz de dejarlo en un lugar en el que seguro que otra persona podrá arreglarlo y tú podrás seguir tu camino. Pero como los globos, nos da miedo dejarlos ir...

Hasta que llega el flasheo. Cuando llega el flasheo: 

APAGA Y VÁMONOS


El flasheo es eso que nos pasa cuando estamos adormilados y notamos un flash en los ojos. Es eso que nos pasa cuando de repente llegan las dudas. Eso que nos pasa cuando se nos cruza una persona que nos hace dudar. Eso que nos pasa cuando empezamos a darnos cuenta de que ya nos hemos cansado de esa relación. Viví el flasheo a los siete años de mi relación. Un día te das cuenta de que lo que tienes no te llena, lo que vives no es ese cien por cien que querías, te faltan cosas, faltan ganas, pasa alguien y simplemente te fijas cuando nunca antes tus ojos se habían girado al ver pasar a alguien. Y te das cuenta de que te has cansado de la relación. Es el fasheo. Es lo que nos hace abrir los ojos. Algunos te llamarán cobarde, te dirán que has tirado la toalla muy pronto, que sigas intentándolo que quién sabe. Yo me quedo con lo de que eres un valiente. Que si hay dudas, que si te has cansado, no tienes que seguir manteniendo algo que no te llena. Que manía de mantener amores que no nos sacuden las tripas.

Nos cansamos de las relaciones y es sano. Pero hay que ser valiente para darse cuenta y tener el valor de asumir que te has cansado. Siempre he pensado que el amor puede fingirse, pero que la química no. La gente finge el amor millones de veces porque cansarse de una relación no está bien visto. A menudo pensamos más en el otro y en los de nuestro alrededor y en el daño que les haremos, antes de pensar en el daño que nos estamos haciendo nosotros mismos. Nos cansamos de las relaciones porque todo tiene su momento y le ponemos tanto ímpetu a algo que no está hecho para nosotros que es de recibo cansarse. Por más que nos empeñemos en que están hechos para nosotros.

Nos cansamos porque no están hechos para nosotros, pero vive todo lo que tengas que vivir y no tengas miedo a cansarte. Hay hijos, familias, casas, hipotecas, proyectos comunes...Lo sé, pero ¿sabes que es lo primero? Tú. Y para que todo lo que gira a tu alrededor esté bien, tú tienes que estar bien. Y eso significa que en tu tripa esté ese cosquilleo que se nos olvida que algunas personas nos lo producen. Así que no dejes que tu vida se base en una serie de reglas establecidas. No dejes que tu vida se guíe por el miedo a que otros lo pasen mal. No dejes que tu vida sea lo que los demás esperan de ti. No dejes que el miedo a equivocarte te frene. No dejes que las cargas sobre tus espaldas te hagan tener miedo a dar el paso. No dejes que lo que os una te haga dejar de vivir lo que a ti te corresponde.


Pero,

cánsate 

Que la noche acaba de empezar

y ya descansaremos

#NosCansamosDeLasRelaciones


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