Basado en hechos reales: Tengo un amante
viernes, septiembre 29, 2017
Faltaban cinco minutos para que el reloj marcara las 19:35. Esperaba ansiosa que sonara aquel timbre infernal que conseguía desequilibrar mi paz interior. Pero era nuestra tradición, desde hacia tres años cuando la conocí en aquel café francés. Julieta siempre mandaba una carta desde París a las 19.40 horas del tercer viernes de cada mes. Siempre esperaba ansiosa sus noticias porque era como un soplo de aire fresco en la cara. Ella era como los alimentos que no son procesados, era natural, tenía esa mente despierta y liberal que me fascinaba. Hablar con ella era saber que no seríamos juez y parte, porque allí nadie juzgaba. Esas cartas eran un folio donde había tanto corazón que daba miedo.
Suena el timbre. Mi última carta acababa con una reflexión sobre el llegar a los 30. Sobre como los demás habían llegado con la mochila cargada de dudas y arrepentimientos y de cómo nosotras habíamos sabido paladear la libertad y conocernos a nosotras mismas. De como, pasado los 30 decidimos tirarnos al vacío porque la caída era mucho más emocionante que esperar sentadas.
ilustración Conrad Roset |
Suena el timbre. Mi última carta acababa con una reflexión sobre el llegar a los 30. Sobre como los demás habían llegado con la mochila cargada de dudas y arrepentimientos y de cómo nosotras habíamos sabido paladear la libertad y conocernos a nosotras mismas. De como, pasado los 30 decidimos tirarnos al vacío porque la caída era mucho más emocionante que esperar sentadas.
"Querida Estefanía:
¿A que sí? ¡Es exactamente eso! Pasar a la treintena ha sido ganar libertad. En parte… ya queda menos… ¡Corre, vuela! Que el reloj no para, tic tac, tic tac; la vida es una.
¿A que sí? ¡Es exactamente eso! Pasar a la treintena ha sido ganar libertad. En parte… ya queda menos… ¡Corre, vuela! Que el reloj no para, tic tac, tic tac; la vida es una.
Creo que nunca he sido fiel. He tenido novios y amantes a partes iguales. Incluso he sido una de las puntas del triángulo formado por un matrimonio + yo. Y siempre me ha causado risa. A veces sí, algo, un poco, solo un poco, de culpa. Mis amigas, que las hay de todo tipo, me han mirado divertidas y escandalizadas, me han reprendido ligeramente, me han envidiado. Y ahora con los 30, me juzgan.
Es que se están casando ¿sabes?
Es que se están casando ¿sabes?
Tengo un novio que es un amor, un oso amoroso, con el que no me pienso casar, con el que compartiré una vida tranquila alguna temporada más. Tengo un amante que es pura fibra, puro nervio, pasión sublimada, energía expansiva, que será mi amante para toda la vida, pero nada más.
Me he vuelto loca tratando de escoger un camino (un único camino), tratando de “normalizar” mi vida, tratando de volver a ser “respetable” y sin saber cómo. “Julieta, tienes que tomar una decisión, así no puedes seguir”….
Y no… no me líen la cabeza, no me la líen. Que estoy bien así, que está bien así. Todos felices y contentos. Mi novio no quiere saber. Ojos que no ven corazón que no siente. Si tienes un amante, no me lo cuentes. ¿Y un trío cariño? ¡Tampoco! Mi amante me tiene con el guapo subido, con las hormonas desbordadas, me mantiene el pecho firme , la mirada lánguida, el labio medio mordido. Ni uno, ni otro. Los dos.
Te podría contar mil cosas ¿sabes? Sinceramente creo, que la fidelidad sexual está sobrevalorada. Quien quiera la monogamia como estilo de vida, perfecto, pero que no me lo impongan, que no me juzguen por no compartirlo. El mundo está lleno de gente maravillosa. De gente “amable”, en el sentido de gente que merece la pena amar, que dan ganas de amar. Es genial poder conocer a esas personas, compartir tiempo con ellas, escuchar sus ideas, sentir que creces a su lado, que puedes cambiar el mundo. Es genial, ¡el mundo está lleno de gente de la que enamorarse! Y sería de estúpidos no hacerlo, no salir, no abrirse, no ofrecer y recibir. Y no me digan que el sexo es la barrera, la línea roja que no se puede traspasar. ¿Puedo compartir mi alma y no mis orgasmos? No me hagan reír….
Realmente es genial leer tus cartas Estefanía ¡Es necesario que se hable de estas cosas! Ni si quiera por generar debate, sino por dar visibilidad a estas otras formas de vivir la vida.
Siempre tuya,
Julieta"
Huracán. Sentimientos que quemaban la piel, mentes abiertas más allá del límite para quedar bien, corazones que rugían y querían latir hasta salirse, la zona de confort era para los cobardes y nosotras no eramos nada de eso. Nunca juzgué esa carta, nunca juzgué sus amantes, yo solo podía juzgar sus ganas de comerse el mundo y a mi lo cierto es que me maravillaban. Julieta me hacía ver que no todo tiene explicación que lo único que nos queda es vivir ¿quién sabe mañana? Ni un beso sin dar, ni seguir el camino de las normas absurdas que nos han impuesto. Los prejuicios dejan las camas vacías y las historias a medias. Pero no te preocupes Julieta, aunque me quemen la piel, no dejaré una historia sin vivir.
Siempre tuya,
Julieta"
Huracán. Sentimientos que quemaban la piel, mentes abiertas más allá del límite para quedar bien, corazones que rugían y querían latir hasta salirse, la zona de confort era para los cobardes y nosotras no eramos nada de eso. Nunca juzgué esa carta, nunca juzgué sus amantes, yo solo podía juzgar sus ganas de comerse el mundo y a mi lo cierto es que me maravillaban. Julieta me hacía ver que no todo tiene explicación que lo único que nos queda es vivir ¿quién sabe mañana? Ni un beso sin dar, ni seguir el camino de las normas absurdas que nos han impuesto. Los prejuicios dejan las camas vacías y las historias a medias. Pero no te preocupes Julieta, aunque me quemen la piel, no dejaré una historia sin vivir.
Porque hay mil formas de pasearse por la vida.
Pero si tengo que elegir una:
Me quedo con amor desbordado
y con placer normalizado
#TengoUnAmante
*** Esta carta es real. Y Julieta es una seguidora del blog. Gracias por desnudar tu corazón conmigo.
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