Basado en hechos reales: ¡Hagamos el amor!

Miro el reloj y fijo la vista en las manillas que firmes y decididas van marcando los segundos. Y allí, en medio de un sepulcral silencio, comienzo mi penitencia de dejar correr el tiempo. Como aquel juego del pañuelo que en el patio del colegio te hacia saberte ganador porque lo habías atrapado con la punta de los dedos. Y por una milésima de segundo, veías como el pañuelo se deslizaba por tus manos hasta perderlo en pro de la victoria de tu contrincante. Y esos éramos nosotros. Los que en vez de parar el tiempo, preferimos jugar a ver cómo la arena caía en el reloj, de un compartimiento a otro. Y así me di cuenta que no era yo. Porque yo quería exprimir cada segundo, como si la vida quemase.

Regards Coupables

Porque el tiempo es efímero.

El tiempo corre.

El tiempo es escaso.

No.

No somos eternos.

Así, que hagamos el amor. 

Joder, hagamos el amor. Recorramos nuestro cuerpo del ombligo al esternón. Perdamos la ropa por el camino. Abracémonos para que notes cómo se me acelera el corazón. Acariciémonos la cara. Marca tus dedos en el hueso de mi cadera. Muérdete el labio mientras que yo me muerdo los carrillos. Tapa con tu mano mi boca mientras miras mis ojos entreabiertos y notas mis pulmones a punto de estallar. Dibuja constelaciones en mi pecho y déjame que cuente tus lunares. Retírame el pelo de la cara y dime que estoy guapa hoy. Besémonos los ojos y yo te besaré las orejas y oirás mi respiración entrecortada. Mordámonos el cuello. Nota cómo me arde la piel. Gírame, pon tu mano en mi omóplato y recorre con tus dedos mis clavículas. Para. Hagamos el amor.

Para.

Hagamos el amor.

Para.

Para.

El tiempo pasa rápido.

¿Y si hacemos el amor en la vida?

Quiero. Hagamos el amor, también, en la vida. Hagamos el amor en la vida. Porque nos estamos volviendo locos, porque este mundo se va a la mierda y nosotros hemos elegido hacer la guerra y no el amor. Mis oídos se han acostumbrado a palabras necias y ya he hecho oídos sordos. Mis ojos solo ven en negro y están perdiendo aquel abanico de colores. Ya solo nos rodean cosas malas. No hay nada más que escuchar las noticias. Ya se nos ha olvidado decir cosas bonitas y llenamos nuestras frases de todo lo que no nos gusta. Y yo echo de menos que hagamos el amor. 

Hagamos el amor en la vida. A la vida. Sonríe, a ti mismo y a cualquiera que te cruces, di algo bonito a cada persona que te encuentres hoy, besa a esa persona que te apetece: en las mejillas, en la frente o en los labios. Y hazlo con los ojos cerrados. Besa de amor o de cariño, pero besa. Piensa en todas las cosas buenas que tienes en tu vida, sé agradecido, dile a alguien que "te apetece", di te quiero a quién lo sabe pero no lo escucha, aplaude cualquier gesto que lo merezca, piensa en tres cualidades de las personas que te rodean, ayuda a alguien que lo necesite aunque no le conozcas, canta a pleno pulmón en la ducha, di "buenos días", "gracias" o "por favor", saca el rencor de tu corazón y perdona o pide perdón, decir "lo siento" sienta demasiado bien, súbete a ese tren que tenías miedo a perder, llama a esa persona que hace tiempo que no escuchas su voz, apaga el teléfono y desconecta, dúchate con agua calentita, enreda tus manos en el pelo de alguien que te encante, sal a pasear mientras escuchas música, medita, escucha a tu corazón por unos minutos hoy, come tu comida preferida, alégrate por los éxitos ajenos, dile a esa persona que te encanta y exprime cada segundo del reloj.