Basado en hechos reales: Personas que queman y curan
viernes, noviembre 09, 2018
Recorro el pasillo del hotel con el corazón a punto de estallar. No sé cómo lo consigue. La puerta entornada y yo aguantando la respiración. Abro la puerta con ese miedo de saber y no saber, a partes iguales, lo que me depara esa noche. Y ahí está él, la misma persona que en segundos es capaz de desestabilizar mi mundo y a la vez convertirme en la guerrera más fuerte del reino.
Y su abrazo me reconstruye. Él coge sin saberlo mis pedazos y monta el puzzle con el primer beso. En otras historias puedo ser la actriz secundaria pero en la suya soy su Marte. Por unas horas soy el centro de su mundo y yo en sus brazos me siento a salvo. Como si supiera que teniéndole al lado nunca podré caer, como si en sus brazos nunca pudiera pasarme nada malo. Él sabe cuando llego a su mundo con la cabeza en cualquier otra parte, sabe cuando me han quemado tanto la piel que se me cae a jirones y sabe cuando los latidos me van más rápido que mis propios pensamientos. Sabe todo eso y me hace sentir a salvo. Sitios abarrotados de gente y su presencia me hacer sentir a salvo. Saber que está me hace sentir a salvo. Tiene esa puta manía de hacerme sentir a salvo.
Me sujeta la cara con sus manos y me besa la frente. Y baja lentamente los tirantes de mi vestido de seda que resbala por mis caderas hasta quedar tendido en el suelo. Sé que es el preludio de un incendio y aun así, me rindo. Ante él, siempre me rindo. No sé cómo es capaz de equilibrar mi mundo y ponerlo del revés en un solo instante. La razón la aparco en la puerta, hay cosas que es mejor no entender. Y me encantaría ser capaz de ponerle freno, pero tiene esa horrible costumbre de querer siempre más.
Tranquila
Tranquila pequeña
Tranquila pequeña, te conozco mejor que tú misma
Y lo peor es que tiene razón.
Hay personas que queman y curan. Que sabes que son el infierno pero que entre sus llamas tú te sientes a salvo. Me hace querer comerme el mundo. Queman y curan. No está bien pero consigue cuadrarme entre las líneas de una baldosa imaginaria. Esas personas que son el cielo y el infierno, pero que nunca hay vuelta atrás. Consiguen nublarte el juicio y a la vez construirte el momento perfecto. Queman y curan. Te agarran el cuello y te abrazan. Te dan la fuerza necesaria para que ya nadie te destruya. No queman de dolor, queman de saber que aquello no está bien. Pero son tu peso en la balanza que la equilibra. Queman y curan. Son tu salvavidas cuando el mar te ahoga. La niña tranquila que le desordena a veces la vida. Son puerto donde siempre hay un faro. Te hace sentir grande cuando eres esa bolita pequeña. Queman y cura. Y saca todo de ti, hasta lo que te ahoga. Y tu cuerpo es su templo y hace años te enseñó a quererlo. Quemas y curas, pero me has enseñado a ser guerrera sin coraza.
Me sujeta la cara con sus manos y me besa la frente. Y baja lentamente los tirantes de mi vestido de seda que resbala por mis caderas hasta quedar tendido en el suelo. Sé que es el preludio de un incendio y aun así, me rindo. Ante él, siempre me rindo. No sé cómo es capaz de equilibrar mi mundo y ponerlo del revés en un solo instante. La razón la aparco en la puerta, hay cosas que es mejor no entender. Y me encantaría ser capaz de ponerle freno, pero tiene esa horrible costumbre de querer siempre más.
Tranquila
Tranquila pequeña
Tranquila pequeña, te conozco mejor que tú misma
Y lo peor es que tiene razón.
Hay personas que queman y curan. Que sabes que son el infierno pero que entre sus llamas tú te sientes a salvo. Me hace querer comerme el mundo. Queman y curan. No está bien pero consigue cuadrarme entre las líneas de una baldosa imaginaria. Esas personas que son el cielo y el infierno, pero que nunca hay vuelta atrás. Consiguen nublarte el juicio y a la vez construirte el momento perfecto. Queman y curan. Te agarran el cuello y te abrazan. Te dan la fuerza necesaria para que ya nadie te destruya. No queman de dolor, queman de saber que aquello no está bien. Pero son tu peso en la balanza que la equilibra. Queman y curan. Son tu salvavidas cuando el mar te ahoga. La niña tranquila que le desordena a veces la vida. Son puerto donde siempre hay un faro. Te hace sentir grande cuando eres esa bolita pequeña. Queman y cura. Y saca todo de ti, hasta lo que te ahoga. Y tu cuerpo es su templo y hace años te enseñó a quererlo. Quemas y curas, pero me has enseñado a ser guerrera sin coraza.
Cuando te tengo cerca,
sé que todo va a ir bien
o no.
Pero me siento a salvo.
Estoy tranquila,
porque aunque quemes
siempre curas.
#Personasquequemanycuran
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